Fueron numerosas también las comparsas que se presentaron.
No hacen parte del patrimonio, tampoco son lo tradicional del carnaval de Barranquilla, pero, sin duda, tanto el colorido, como la energía de sus danzantes, hacen que las comparsas de fantasía, coloquen un ingrediente especial al desfile del carnaval de la 44 que, este sábado, cumplió 23 años.
Fueron numerosas las comparsas de fantasía que se presentaron, muchas de ellas, llegadas de Cartagena o de escuelas de danzas de la ciudad, pero, más aún, es la fuerza y energía que le imprimen sus danzantes para levantar del bordillo o de sus sillas a los asistentes.
Lógicamente quienes defendemos la declaratoria de patrimonio desde lo cultural y el plan de salvaguarda de las fiestas, nos preocupa que la juventud en su mayoría se decida por los canutillos y las lentejuelas, en lugar de las polleras, la vela y la calilla en la boca. Pero, lo que no podemos negar es que, la fantasía tiene su gracia, su colorido, la vistosidad y los ritmos que en la modernidad enamoran a las nuevas generaciones y contagian a quienes asisten para observar el desfile.
“Toca hacer un trabajo desde las escuelas, desde las aulas de clases, para que las nuevas generaciones conozcan la riqueza cultural de nuestras fiestas”, advierte acertadamente Edgard Blanco Acevedo, nervio y alma del carnaval de la 44.
Mientras manifestaciones culturales de las fiestas como el carnaval del Suroccidente o Carnaval de la 44, esperan que con la presencia del presidente y la primera dama lleguen también recursos que oxigenen la preservación de las tradiciones, la fantasía sigue poniendo un toque especial en cada desfile.